martes, 21 de febrero de 2017

Acerca de los aranceles de productos informáticos

Dada la controversia acerca de la reducción de aranceles para productos informáticos recibí muchos mails, así que trato de exponer lo que pienso al respecto.
La industria de la computación ha experimentado una hiper concentración hasta el punto que casi la totalidad de las computadoras se fabrican en China, e incluso Corea ha abandonado la fabricación. Evidentemente la gigantesca economía de escala y los bajos salarios conducen a costos con los que no se puede competir, y por eso hasta los equipos que se venden en USA son made in China. Y una cosa es fabricar y otra muy distinta tener simples armadurías “telgopor intensivas” que no implican ni investigación ni desarrollo, y sólo sirven para que tengamos que pagar costos exorbitantes por tecnología obsoleta que afecta a la productividad de todo el país
Es sabido que el crecimiento económico está estrechamente relacionado con el nivel de informatización y conectividad (ver entre muchísimas fuentes http://www.oxfordscholarship.com/view/10.1093/acprof:oso/9780199243983.001.0001/acprof-9780199243983).
Por otra parte tenemos la fabricación de chips. El market share actual muestra la concentración:




Vale la pena mencionar que instalar una línea de producción de un chip competitivo necesita una inversión del orden de 2.500 millones de dólares, sin contar lo que se requiere en recursos humanos muy especializados para el diseño, testeo, etc.
Por otra parte las técnicas litográficas de fabricación de semiconductores llegarán a su límite dentro de muy poco y la industria se concentrará en usar siliceno o grafeno. Estas técnicas requieren inversiones inmensas hasta volverlas realistas, y simplemente no están a nuestro alcance.
Entonces debemos renunciar a la tecnología nacional ? No en absoluto, pero hay que elegir muy inteligentemente a qué dedicarse tomando en cuenta los efectos directos e indirectos de una elección. Un ejemplo destacable es Dinamarca que se concentró en fabricar audio de altísima calidad (http://www.designdenmark.co.nz/brands/bang-and-olufsen/) , generando un mercado muy importante que le da trabajo a mucha gente. Ni sueñan con fabricar PCs o netbooks pues sería un delirio según me dijo un ingeniero de la Technical University of Denmark que conocí.
Otros claros ejemplos son Suiza, Holanda, Suecia, Finlandia, etc.
Hay gente que critica por ejemplo a la industria automotriz diciendo que el año en que fabricamos más autos se produjo un déficit de 8.000.000.000 dólares debido al aumento de la importación de insumos. Cierto, pero la industria le da trabajo a muchísimas PYMES, sirve para que la gente se radique cerca de las fábricas, entrenan personal en tareas técnicas que sirven para otras industrias, etc. Entonces no podemos caer en el “cuentaporotismo” como hizo Menem al destruir el sistema ferroviario produciendo efectos catastróficos en muchas regiones del país, aumentando el costo del transporte para la producción, incrementando el impacto ambiental, y demás. Todo eso no aparece en una contabilidad elemental.
Toda actividad económica se explica mediante funciones de producción que combinan capital, trabajo, y progreso tecnológico más una relación que depende de si hay economía de escala o no. Según el caso hay posibilidades de substituir capital por trabajo o viceversa, llegando a productividades muy distintas. En nuestro caso está claro que no disponemos de CAPITAL en magnitudes muy importantes, pero si tenemos trabajo en forma de técnicos y científicos de gran calidad, lo que lleva a considerar que actividades coherentes y factibles son software, biotecnología, agroindustria, diseño industrial, etc.
Resumiendo: creo que no hay derecho a que grupos minoritarios quieran imponer a la sociedad en su conjunto prácticas que tienen efectos muy negativos, escudándose en slogans para la tribuna como afirmar la supuesta independencia tecnológica nacional. Parte de la falacia es acusar a los que se oponen a esos “simulacros tecnológicos” de ser neoliberales entreguistas y cómplices del imperialismo. Más bien sostener lo insostenible ha sido un factor agravante de nuestro retraso, esquemas favorecidos por algunos sectores empresarios que se enriquecieron a costas del Estado (tengo ejemplos varios).

Hugo D.Scolnik

21/2/2017