viernes, 22 de diciembre de 2006

¿Qué significa discutir sobre Política Científica en la Argentina ?

¿Qué significa discutir sobre Política Científica en la Argentina ?

Tengo la impresión de que desde hace muchos años los científicos y universitarios en general, discutimos cíclicamente sobre un país hipotético, producto de la nostalgia y no de la realidad.

Tuvimos un sistema educativo notable para la región, que permitió alcanzar muchos logros en términos no sólo relativos sino también absolutos. La Reforma Universitaria de 1918, pionera en muchos aspectos, se basaba implícitamente en diversas hipótesis como por ejemplo que el libre acceso de las distintas capas sociales a la educación superior serviría como un gran factor igualitario, que el país necesitaba recursos humanos para desarrollarse, etc. La triste realidad actual muestra que la pérdida del control de la economía, la rifa indiscriminada de los resortes productivos, la marginación creciente de grandes sectores de la población, el deterioro de la calidad de vida, la violación sistemática de los derechos de los ciudadanos – pero no de los “inversores = depredadores”, nos ha llevado a que nos transformemos en una fábrica de recursos humanos calificados que se exportan masivamente a precio nulo. La sociedad en su conjunto paga (mal y poco, pero lo hace) la educación de mucha gente que sólo aspira a emigrar en cuanto tiene el título bajo el brazo (la India cobra por científico exportado).

Las empresas en manos extranjeras compran sus insumos en sus países de origen, excepto cuando es imposible hacerlo. Hoy en día no importa si un producto de afuera es peor o más caro que uno local, la elección es siempre por el que da trabajo “allá”. Las PYMES argentinas difícilmente pueden sobrevivir atacadas por todos los flancos, luchando contra intereses usurarios, bienes que se importan a precio vil (ejemplo: bicicletas de China a U$S 1.25), un sistema impositivo regresivo y delirante, lleno de defectos, que solamente trata de exprimir aquí y ahora aunque eso implique cerrar más fuentes de trabajo.

En el mundo científico se implementaron los incentivos, típico eufemismo argentino para calificar a un miserable ingreso extra en negro, destinado a que los investigadores se sientan como Chaplin en Tiempos Modernos. Mucha gente se puso a “investigar” para lograr llegar a fin de mes; lo importante es publicar aunque sea cualquier cosa para poder cobrar. No importa la vocación, ni lo que la sociedad necesita. Lo fundamental es no dejar la cinta transportadora ni por cinco minutos so pena de que el capataz de turno lo despida. La corrupción y las trenzas se extendieron en contextos falsamente democráticos, tanto en las universidades como en el resto del sistema científico – salvo honrosas excepciones -, inmersas en la lucha por los botes salvavidas de un Titanic que chocó contra la mediocridad de una clase dirigente putrefacta.

Sin embargo la historia nos muestra que la Ciencia argentina renace periódicamente de sus cenizas, a pesar de los golpes militares, la noche de los bastones largos y el genocidio. Por eso creo que hay una luz al final del túnel, y no creo que sea una locomotora pues al fin de cuentas “ramal que para ramal que cierra”.
Entonces como tema de discusión: ¿qué sentido tiene discutir una Política Científica hoy y aquí ?

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